VEN, PASA SIN LLAMAR


MENSAJE Y CANCIÓN DE BIENVENIDA AL BLOG
(Pinchar sobre el texto que sigue, para escuchar la canción):
VEN,
PASA SIN LLAMAR
(*) Vídeo de la CANCIÓN: pinchando en cualquier parte del texto de bienvenida anterior (Le puso música y voz: Amador (Dorchy Muñoz) Gracias.

*Tanto los TEXTOS como las FOTOS de cada entrada del Blog son autoría de Ángeles Fernangómez. En algún caso excepcional en que no fuera así, siempre se especifica el nombre del autor o autora y se cuenta con su consentimiento.


martes, 21 de septiembre de 2010

LA CASA 2



(viene de la entrada anterior)

Relato en 4 tiempos




.(2002)

2ª parte: DISPERSIÓN
Andrea llegó a la casa.
Hacía años que no vivía en ella ya. Era bonito el paisaje de su entorno, sí, pero no acababa de comprender cómo pudo haber vivido tan a gusto en ese ambiente tan rural. Era más emocionante la ciudad en la que ahora pasaban sus días, más divertida. Miraba entre curiosa y sorprendida aquel lugar que la vio nacer y crecer cuando era niña. No había vuelto desde entonces. Miró el portón de la entrada, que tanto le sorprendiera en su niñez, pero sus dieciocho años recién estrenados le distrajeron colocándose mejor el pelo para estar más guapa. Entró en el patio y lo reconoció, aunque le llamó la atención que estuviera empedrado, no se acordaba del detalle, y ahora había tenido que darse cuenta por lo mal que caminaba sobre las piedras con sus botas altas.

Se asomó a la huerta, vio la morera cargada de frutos maduros. Se acercó a probarlos. Miró el resto de los árboles, pero un pensamiento un poco fuera de contexto le distrajo: “¿dónde habría dejado la cinta de Los Rollings que venía oyendo en el coche?“ Cuando comprobó que la tenía en su bolso, se relajó, volvió a centrarse en la visión de la casa, y su corazón joven se enterneció al reconocer el lugar que más le había gustado para sus juegos. ¡Cuánto había crecido y pensado desde entonces!

Sí que se acordaba de la casa, de todas sus habitaciones y rincones, pero hubo un detalle que le llamó la atención especialmente: No le parecía ahora tan enorme. Era grande, sí, pero no tanto como ella había grabado en su cerebro, ya un poco más agrandado también.

De este pensamiento saltó, sin paso intermedio, al que ocupaba desde hacía unos meses el porcentaje más grande de su mente: “¿qué estaría haciendo Jaime en ese momento?, ¿la seguiría queriendo -o gustando-, o se habría olvidado de ella en todos esos días?”. Tenía tantas ganas de llegar y contarle todo lo que había visto… Se tranquilizó pensando: “mañana, mañana mismo estaré a su lado de nuevo”. Y se sentó sobre el poyete en que acostaba a sus muñecas. (continuará).
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)