VEN, PASA SIN LLAMAR


MENSAJE Y CANCIÓN DE BIENVENIDA AL BLOG
(Pinchar sobre el texto que sigue, para escuchar la canción):
VEN,
PASA SIN LLAMAR
(*) Vídeo de la CANCIÓN: pinchando en cualquier parte del texto de bienvenida anterior (Le puso música y voz: Amador (Dorchy Muñoz) Gracias.

*Tanto los TEXTOS como las FOTOS de cada entrada del Blog son autoría de Ángeles Fernangómez. En algún caso excepcional en que no fuera así, siempre se especifica el nombre del autor o autora y se cuenta con su consentimiento.


lunes, 27 de junio de 2011

EL VERANO TIENE ESAS COSAS




(2011)
EL VERANO TIENE ESAS COSAS

Apuro el café con hielo que disfruto en la terraza de verano. Una ligera brisa agita el árbol que actúa de parasol sobre mí cabeza, y recibo una lluvia de diminutas de flores blancas con un olor amielado, que se introducen incluso dentro de mi vaso. Pero no me importa. Las entresaco con la parte opuesta a la punta de mi boli y sigo bebiendo. Y escribiendo. Hace calor, mucho calor en esta ciudad, pero yo estoy resguardada.
A menudo, cuando revivo una secuencia similar, me gusta pensar que no soy de este país, que soy… alemana, o china, o africana, o…, y estoy de vacaciones; que llevo en mi bolso un mapa y una guía y me he sentado en soledad contemplativa a disfrutar de una taza de café en un lugar que me es completamente inexplorado. Y consigo recrear ese supuesto. Se ve todo de otra forma, sin agobios, sin prisas, con mirada nueva y capacidad de sorpresa. Hasta me parece ver rótulos escritos en un idioma que me fuera extraño.
A mi lado oigo hablar en diferentes lenguas. Todas son la mía y ninguna lo es. Soy una viajera sin tiempo (turista no me gusta). Ya no recuerdo dónde está mi casa, llevo tanto tiempo viajando y disfrutando de lo nuevo, que no quiero recordar. Todo es mucho más hermoso que los pasos cotidianos.
Llevo conmigo un libro que mis ojos disparan línea a línea a mi cerebro. La gente va y viene, se mueve de otra forma. Siento que jamás mi retina ve nada que haya visto. Deseo sacar una foto, pero ha debido de quedarse en el hotel mi cámara. No importa, tengo el móvil. No puedo perderme algo tan inusual como esas palomas que picotean el suelo y luego alzan el vuelo ante la carrera de un perro que juega en la plaza con su dueño. Clic, clic…, el móvil no es lo mismo, pero buenas son tortas. Echaré la cámara en el bolso en cuanto llegue a la habitación.

El café se va acabando, doy el último sorbo y miro a mi alrededor. ¿Cómo llamo a ese muchacho tan guapo que me lo sirvió hace un rato:  ¿garçon?, ¿waiter o barman...?, ¿kellner?  ¿服务员? (*),  ¡ufff!
Instintivamente miro el reloj. ¡Caramba, se acabó mi coffeebreak! Vuelvo a tierra. Noto cómo se pone en marcha el motor del habitáculo más viejo que tiene mi cerebro. “Estás en la plaza X y tu trabajo está justo al lado”. Otra vez sonó el despertador de la fantasía cuando menos lo esperaba.
-¡Camarero! (me ha salido de corrido), ¿me cobra, por favor?
- Dos cincuenta –contesta.
Tampoco es un precio tan alto a pagar por un hermoso sueño –pienso mientras veo que es lo último que llevo en mi cartera, y me levanto.
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.(*) transcripción fonética: Fúwùyuán
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Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)