Cuando niña (2009)
pensaba que el mundo era
un nogal a la orilla de mi casa,
flotando
en un poblado con entrañas de carbón.
Después
supe que los límites del mundo
nunca rozarían
las yemas de mis dedos.
Y olvidé el nogal,
la casa,
y el poblado.
Ahora sé que mi mundo es
un poblado con carbón en las entrañas,
en el que hay una casa,
varada,
a la sombra de un nogal.
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)