(2010)
ASÍ TUVO QUE SER
Tuvo que ser así.
Tuvo que ser que se
nos acabaran los surtidores
cuando aún teníamos
líquidos para sentirnos vivos;
desaparecieran los
pavos reales antes que el tacto de sus plumas;
disolverse el
apetito, mientras rebosaba la despensa todavía;
quedarnos sin
pulmones cuando aún teníamos aire.
Tuve que juntarme
con Rimbaud para vivir a tope y acabar temprano la partida.
Tuvo que ser que me
dieras un regalo que regar para después de tu muerte.
Tuvo que ser la
noche.
La noche… y un vaso
sobre la mesa, con el que alimentabas
la tristeza miope de tus ojos, taladrando el
humo hacia los míos, y que yo
confundiera caricias
con carencias, libertad con otro modelo de barrotes,
abandonando mi yo
para hacerle un TAC a tu conciencia
y auscultar cada
mañana el daño que te infectó la diminuta piel del alma.
Tuvo que ser que
cantáramos a gritos cuando ya no quedaban sonidos en el
[mundo.
Así tuvo que ser,
para que hoy me reconozca en cada paso.
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)