FOTO: Santiago Carrasco
MONÓLOGO INTERNO
(2010)
(escritura automática)
Iba camino del trabajo, era de mañana y la mirada se me quedó clavada al rojo del semáforo, centrado en la cuenca de mis ojos. No quería pensar, viajaba lento y sin ganas porque quería acabar conmigo y mis bobadas. La vida se hacía pesada y yo quería seguir viviendo pero hacer algunos cambios. La calle estaba triste y las antenas de los tejados me hicieron ver chispas que saltaban hasta el cielo. Pero la luz intermitente del camión que el hombre de la basura custodiaba me hizo mirar al otro lado y me olvidé de todo.
¡Plum, plam!, un bache. Me jode, parece que se salen las entrañas, como coja otro bache le digo al conductor que si le han dado el carnet en la tómbola, pero eso es una tontería, siempre lo dice la gente y no sería nada original, yo le taladro mejor con la mirada y le digo: ¡imbécil, no cojas baches!
Sigo y me asusto. Últimamente estoy asustada aunque no quiero verlo, me niego, pero anoche, al acostarme, vi una cueva negra entre la almohada y las sábanas. Yo estaba en medio y como que me derrumbé hacia dentro (¡pum!), pero luego me dormí.
Sin embargo, me acuerdo de otras veces en que me pasó lo mismo y no podía dormirme, entonces ya no era ¡pum!, era ¡pum-pum-pum- pummmm...! No me gusta, tenía que inventarme cosas para que no se me jodiera la noche. Ahora duermo a pierna suelta mientras escribo que duermo.
¡Cómo pasan los coches!, parecen ríos tontos que se cruzan. Llego al Retiro, no me apetece trabajar, quiero ir al campo y sentarme a la orilla de un río, aunque llueva, me da igual, yo sigo, yo pertenezco al campo y quiero estar con él. Siempre dije que yo acabaría viviendo en el campo, pero la ciudad también me gusta. Lo quiero todo. Me quedo en ambos sitios, ¿por qué no? Caprichosa que eres, chica… (o no). Creo que esta Navidad me tocará la lotería y puedo vivir en el campo y en la ciudad, y no tendré agobios ¡qué gozada!
¡Me tocará la lotería, lo sé! Sigo durmiendo.
.
NOTA: He aquí un atrevimiento por mi parte. Yo que siempre defiendo eso de "escribe con el corazón y reescribe con la cabeza", en este caso me he saltado la segunda parte y me permito subir este monólogo interno en forma de escritura automática, así, dejado salir sin más ni más y fechado en 2004. Sólo recuerdo de él que quise dejarlo tal cual y nunca más volví sobre lo escrito ni le di forma alguna. Hoy, me tropiezo con ello en un recorrido por algunos archivos de word. Sé también que fue un ejercicio más de todos esos a los que, en ocasiones, gusto de llamar a juego. Tal vez lo quise colgar aquí para decirme a mi misma: "chica, los sueños no siempre se cumplen, no te tocó la lotería ese año, al menos no en forma de dinero".
Gracias y...
¡FELIZ AÑO 2011 A TODOS!
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)