Pico de La Maliciosa (Madrid)
AUSENCIA
A Nico Nieto, ”in memoriam”
(enero 2013)
Alguien te grita con Hernández:
¡que teníamos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero!
Era maliciosa la tarde de tu ausencia.
Era campo, enero…, y era amigos,
nunca el mismo paisaje, aún en la misma senda.
Sudor fuego de la lengua blanca,
bella y fría.
Silbaba en tu pecho la montaña:
No te alejes, no desciendas, vuelve a mi.
Giraste el iris verde hacia la cumbre:
Ni lo sueñes, magnética pedriza, olvídame… (por hoy)
El paso estrecho de tus ríos rojos taponaba los respiros,
brotaba el agua de tus costas epidermis.
No temas, amigo, te extenderé mis brazos-rama y mi
colchón de arcilla.
No, amiga. Abajo está mi casa, está mi cama. Y quiero.
Mi piel se enfría
a tu costado. Y bajo.
Lo mismo da hacia arriba que hacia abajo, escrito está.
Tensada ya la cuerda, rompía, hilo a hilo, por lo débil
hasta hincarte de rodillas en la tierra, –tierra, y otros
brazos, atenuaron la caída–.
Boca a boca en el intento. Mano a mano en la impotencia.
(Y una llamada –casi–, que quisiste que no fuera).
En tu paisaje amado se cerró el paréntesis, y al paisaje
devolviste tu traje de alquiler poco gastado.
Queda tu esencia en cada ser que amabas. Vives.
Y habrá –eso sí, y eternamente–, una luz brillante en tu
despacho norte.
No nacerán setas si no estás tú para mimarlas,
pero un arroyo nuevo brotará de entre las cumbres,
salado de lágrimas que nos dejó tu ausencia.