DÍA 8 (48 días)
LOS TENDEDEROS
Llegó un día en el que comencé
a ver el paisaje demasiado más de lo mismo. Abría la ventana y encontraba la
misma pared ocre anaranjado, los mismos tejados a lo lejos o en la cercanía, los
mismos setos, las mismas plantas, el mismo gran edificio al fondo a la derecha.
Que me perdonen el ciprés y el cedro que tanto amo, pero siempre estaban en
el mismo sitio y con las mismas ramas. Pareciera que nada se movía y todo era
tedio de tanto recrearlo.
Inconscientemente, mis ojos
buscaban algo nuevo y comenzaron a fijarse en los tendederos (tendales, dirían
en mi tierra). Ellos sí cambiaban. Hoy la ropa colgaba al lado de la ventana
del segundo, otro día, al lado de la del quinto, otro…; un día había sábanas,
otro día ropa de niños, otras veces los vaqueros se movían al compás del viento
como si tuvieran piernas dentro; a veces predominaban los azules, otras los
rojos o los verdes, y así era como cambiaba la escena a fuerza de
cambiar los planos del escenario.
Por algún motivo siempre me
han resultado atractivos para la fotografía. Son escenas costumbristas que
muestran a las claras lo que se cuece dentro de las casas. Puedes saber fácilmente si dentro hay bebés, gente joven o las habitan ancianos. Son también como
banderolas de pueblo en fiestas o banderas tibetanas de oración que esparcen
al aire nuestras miserias y misterios. A veces, si la mirada se posa justo en
el momento en que la colada se está tendiendo, puedes comprobar si es hombre o
mujer quien realiza la faena y hacer la estadística de lo avanzado o no que está
el compromiso masculino en las tareas domésticas. Es curioso también que cuando
queremos advertir a nuestro interlocutor de que tenga cuidado con lo que habla
o nos está diciendo, ya que alguien puede estar escuchando, recurrimos a la
frase “cuidado, hay ropa tendida”; por lo que tengo entendido era un código
entre presos para avisar de que alguien se acercaba. Y es que los tendederos hablan
por sí mismos, pero mucho más cuando llevas días y días en confinamiento y con
el mismo panorama.
Hay ropa
tendida
en el
aburrimiento de las horas,
blusa y pantalón bailan
antes de
rendirse ante la sábana.
.
.
A día de hoy:
- Seguimos confinados
- Los niños ya salen una hora a la calle.
- Ya tenemos calendario de "desescalada" (por fases)
- Curva descendente