VEN, PASA SIN LLAMAR


MENSAJE Y CANCIÓN DE BIENVENIDA AL BLOG
(Pinchar sobre el texto que sigue, para escuchar la canción):
VEN,
PASA SIN LLAMAR
(*) Vídeo de la CANCIÓN: pinchando en cualquier parte del texto de bienvenida anterior (Le puso música y voz: Amador (Dorchy Muñoz) Gracias.

*Tanto los TEXTOS como las FOTOS de cada entrada del Blog son autoría de Ángeles Fernangómez. En algún caso excepcional en que no fuera así, siempre se especifica el nombre del autor o autora y se cuenta con su consentimiento.


jueves, 15 de mayo de 2014

CAPRICHO POR ERROR

( 2014)

CAPRICHO POR ERROR
  
Después del ruido, todo. Y yo saliendo de un equívoco al lado justo del lugar en que aterrizan los aviones. Temprano, de mañana. “Lo siento, hay un error y no es su culpa; la cita será unas horas más allá. No es su culpa, mil disculpas”.  Un tiempo de vacío, un paréntesis, ¿qué hacer? No vuelvo a casa, mejor darme un capricho… ¿un capricho? ¡un Capricho, si! Es enero y es a veces lluvia. Me visto de invisible con traje de viajera para ver esta ciudad con nuevos ojos. Soy así, me cuesta poco. La noche en el avión me puso ojeras y hasta un bostezo se me escapa. Solo llevo un quita y pon en la mochila –soy de llevar poco equipaje cuando sueño-. Tomo un autobús cualquiera, me sumerjo –aún está la llegada a esta extraña tierra en la memoria-, al fin y al cabo, todavía estoy al lado del lugar en que aterrizan los aviones. Adoro esa sensación de hacer extraño el lugar en el que habito y, para mejor hacerlo, me impongo no tener ni idea de mi idioma. Pero hay signos y sonrisas que hablan esperanto o ni hace falta. Ya soy mi vida y otras vidas. Soy. ¿De dónde vine esta mañana? –me digo mientras juego con mi pelo. Podría ser de Irlanda, de un pueblo a las afueras de Dublín, por más señales. Yo no tengo la culpa de que sea invierno y esté el cielo encapotado, de si fue lluvia horas atrás, pero me doy el Capricho con mayúscula de andar por este parque, y es que este lugar está cerca del lugar en que aterrizan los aviones. ¿Por qué lo sé? Será que llevo un mapa encima, todo viajero ha de llevar un mapa para no perderse. Me dio la bienvenida un trío de aves, el estanque y esa especie de pagoda, un cisne negro y una urraca blackandwhite de larga cola. Tanto había que hacer que no hice nada. Soñar, una mañana, que viajaba lejos, que de nada conocía la ciudad que respiraba. El olor me lleva al siempre, pero ya no es. Comienza ahora a llover delgado y yo, estoy debajo del enebro de cara al lago, contemplando el vuelo de palomas y las ondas de las gotas sobre el agua, -¿será así como se portan las partículas? Y este frío que no estorba porque hay que aprovechar el viaje. Rememoro sensaciones y es lo mismo. Pero no. Nunca estuve en este sitio, nunca fui junto a estos sonidos que me abarcan. De vuelta, haré una crónica exhaustiva. Qué placer es contemplar la vida, deslizarse como ese pato blanco de cabeza verde luminosa que me mira, y sentir que nadie conoce que esta mañana llegué, sin darme cuenta, pero por propia decisión, a un país extraño y aquí me quedo porque esta es mi morada. Puedo ver las cosas como quiera, y la certeza de saberlo me empodera. Aunque ahora… voy a levantar mis nalgas de este asiento con vistas al estanque de este Capricho que me he dado, y caminar, que ya siento el frío subiendo por mis piernas cuerpo arriba. Que no, que ya no son edades para andar de mochilera, que igual pago cara esta humedad que no he sentido. Que ya el efecto de la seta se está yendo y empiezo a darme cuenta de que este suelo lo conozco, que empiezo a ser sensata y cuerda y no es lo mismo, que no soy tan pelirroja como creo, y que se hablar bastante bien mi propio idioma. Además, ya no me acordaba de que siempre se queda un trozo de conciencia sin billete. Pero me gustó llamarme Alicia por un rato y, ahora que lo pienso, creo que me queda un trozo de seta por algún recodo de algún bolsillo que no llevo.



sábado, 10 de mayo de 2014

EN ESTE JARDÍN BOTÁNICO (Video-poema)


(2014)
EN ESTE JARDÍN BOTÁNICO
Es ahora la hora
de sacudir la raíz y volverla hacia el cielo
J.A. Valente (“De La memoria y los signos”)

Hay árboles que escriben su historia con las ramas
Otros callan para siempre y se acomodan a otra vida
Los hay que abren sus palmas hacia el cielo
e imploran a las nubes
la risa del sol y sus destellos
Y aquellos que
por rozar la luz
la vida dieran
A otros les puede la arrogancia
y no reparan en razones
Están los que tatúan los recuerdos en su tronco
Algunos enrojecen cuando el calor los besa
Y los hay que no crecen
por empeñarse en andar con quien da sombra
Los hay también amantes de la muerte.

Pero algunos saben lo que hacer para decirnos
que pensar y recordar son de recibo
que honrar a la memoria es importante
y sacudir la raíz
por restaurar la Historia.



Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto )
Todos los derechos©Ángeles Fernangómez y Santiago Carrasco (foto)