VEN, PASA SIN LLAMAR


MENSAJE Y CANCIÓN DE BIENVENIDA AL BLOG
(Pinchar sobre el texto que sigue, para escuchar la canción):
VEN,
PASA SIN LLAMAR
(*) Vídeo de la CANCIÓN: pinchando en cualquier parte del texto de bienvenida anterior (Le puso música y voz: Amador (Dorchy Muñoz) Gracias.

*Tanto los TEXTOS como las FOTOS de cada entrada del Blog son autoría de Ángeles Fernangómez. En algún caso excepcional en que no fuera así, siempre se especifica el nombre del autor o autora y se cuenta con su consentimiento.


domingo, 5 de junio de 2016

Libro "PAPEL ALBAL" (2016) - poesía


Nace como "Novedad Editorial" (Huerga y Fierro Editores) para la Feria del Libro de Madrid 2016.
Agradecimiento especial al poeta y artista gráfico Juan Carlos Mestre por su generoso prólogo, que dice cosas tan hermosas como estas: "...Bella materia de lo inmortal la que se canta en este poemario donde anida el ruiseñor de Keats y el petirrojo de las tierras teñidas por la nieve moral de la blancura en las montañas natales de la memoria. Miel y nieve. Días azules en que los locos se disfrazan de árboles y se adentran en la densidad de los espejos..."
.
http://afernangomezeventos.blogspot.com.es/2016/06/libro-papel-albal-poesia-angeles.html

Seguidamente 3 poemas que pueden encontrarse en el libro: ("Flor violenta", "Vaivenes" y "Soy")
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FLOR VIOLENTA
Cada guerra es una destrucción del espíritu humano
Henry Miller
Sería la hora de la brisa cuando todo fue,
pero era el azul más somnoliento de la vida.

Una flor aguda
surgió violenta de la tierra
y me explotó en el pecho.

Desintegrada,
busqué mis ojos y mis manos.
Vi los pájaros del alba sobrevolando la ventana.
Conseguí acariciar mis pulmones, sostenerlos…,
recuperar el aliento, respirar profundo, respirar.
Respirar.

Una a una,
fui encontrando todas las piezas de mi puzle.
El tablero era amplio.
El tiempo mío.
De todos, eran los milagros

Me recompuse entera,
me comprobé más sana.
Y a prueba de violencia en mis jardines.

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     VAIVENES

Todo se me vierte hacia adelante:
el pelo
las langostas
  las edades.

Vacuno de silencio mi miseria
 para que no haya  miedo.

Arropada voy de trapos viejos.
Desabrocho las solapas y respiro,
rompo el vaho, tiemblo, me evaporo,
ofrezco un plato tibio de noche a la mañana
me confundo con el ruido, voy despacio,
                                                             me acaloro… gimo.

De la avenida surge un río a borbotones,
resbalo en el limo de la orilla y cedo.

Peces me nacen en los senos boca arriba.
                                                                
Y desemboco.

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SOY

Mis antepasados inventaron la Vía Láctea
Juan Carlos Mestre


a mis padres

Lloro a la yerba rota en julio para que rumie el invierno,
y me duelen los golpes secos del verano sobre el corazón de las moscas.
Mi gente se sentaba en el filo de una hierba para ver nacer a la espiga.
Mi padre nunca fumó, pero murió con los pulmones negros, y ahora tengo un hijo con el que apenas hablo de estas cosas.

Soy hija del carbón y de la tierra, y me tuteo con la nieve y con el río.

Al caer la tarde entregaban las cabras sus ubres a los hombres.
Todas las madres se santiguaban a la hora del toque del ángelus.
Ay, si los caños pudieran girar un tanto así la vista…
Ay los mineros cómo tardan esta noche en regresar,
será que a la tierra no le gusta que le muerdan las entrañas y hunde su miseria.

Sonrío por ti, abuela que apenas conocí, pero supe que eras tierna.
Río la algarabía de los niños al recreo soleado y saco el cabás guardado en el recuerdo.

Soy hija del roble y del nogal gigante.

Mis padres construyeron una casa piedra a piedra con sus manos.
Después, plantaron enredaderas para escalarla y se retiraron a contemplar el crecimiento de sus hijos.
Algunas tardes veo pasar la lluvia y el argayo por delante de mi puerta. Entonces, tomo de mis ojos una pala y lo retiro.

Y soy lluvia, carbón, hierba y yerba, enredadera, mujer de nieve, piedra…
Soy la que se sienta sobre unas trébedes a contemplar el estallido del fuego.
La que canta romances y aún puede dormir al arrullo de una nana. La amiga del viento, la que susurra a los gatos…,  y a la que le nacen senderos por la carne.

Soy la que fui y la que se fue haciendo. La herencia de los hijos de la tierra. Soy.







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