LAS MENTIRAS DE LA LUNA ("Pocuentos")
La luna es una mentirosa -me dijeron.
¿Sííí? –contesté yo-, ¡no digáis eso de la luna!
La luna dice muchas trolas –insistieron-.
¿Y por qué decís eso?, ¡qué sabréis! La luna es
frágil, redonda, plateada, lejana, interminable, misteriosa...
¡Eso, eso! –machacaron-, cortando mi discurso pro-lunero.
¡Sí, misteriosa!, por eso juega a despistarte.
Si te callas lo contamos. ¡Silencio, escucha!:
Si la forma de la luna es la de la letra D,
entonces..., entonces es: ¡Creciente!
Y cuando es de C su parecido,
no es Creciente, no, que es Decreciente.
¡Caray! -me dije-, ¡cómo es la luna!
Siguieron esas voces con la martingala
y me cantaron la tonada sefardí:
Yo me enamoré de noche
y la luna me engañó,
Si otra vez yo me enamoro
será de día y con sol.
¡Me dio miedo de la luna!
Y otra vez:
¡no la mires, no la mires que te engaña!,
si hasta al mar lo vuelve loco, ¿no lo ves?
¡No te fíes nunca de la luna!
No pude resistirme y la miré.
Su guiño me caló en el alma,
y seguí jugando a lo que había empezado ya,
¡no se puede resistir un guiño de la luna!
A la mañana, me encontré sudando entre la arena,
sola, perforada de mil sueños
que se había llevado el mar.
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Todos los derechos©Ángeles Fernangómez (texto y foto)